Tokujiro Namikoshi



Tokujirō Namikoshi (Shikoku (Japón) 1905 - 2000. Creador de la terapia Shiatsu.

Siendo niño, con tan solo siete años de edad, Tokujirō Namikoshi empezó a dar masajes a su madre que había desarrollado lo que hoy se conoce como artritis reumatoide. Este fue el inicio de la carrera que le llevó a Tokujiro Namikoshi a desarrollar la terapia Shiatsu.


En 1940 estableció el Japan Shiatsu College en Tokio. En la actualidad muchos de los alumnos, hoy terapeutas de esta escuela, practican este método terapéutico en Japón y en diferentes lugares del mundo. Algunos de ellos han popularizado sus propios estilos, llamados "derivados del Shiatsu”.

Es sumamente difícil resumir la historia de un hombre tan singular.
Tokujiro Namikoshi nació el tres de noviembre de 1905 en la ciudad de Tadotsu en la isla de Shikoku (la más pequeña de las cuatro islas principales de Japón). Fue el tercer hijo de cuatro hermanos y una hermana menor.
La familia de Tokujiro tenía un negocio de fabricación de paraguas en Shikoku y en otras localidades lejanas como Hokkaido y Manchuria. Un inesperado accidente climatológico provoco su quiebra.
No podían seguir viviendo en Tadotsu, y en aquel entonces el gobierno japonés estaba buscando gente para poblar Hokkaido. Einkichi y Masa, padres de Tokujiro, pensando en el futuro de sus hijos decidieron irse a vivir al campo.
Y así, los siete miembros de la familia Namikoshi viajaron a Hokkaido y se instalaron en una pequeña aldea llamada Nisekpo. En aquellos días no había más que hierva; algo muy diferente a la popular estación de esquí que es hoy en día.
Los primeros años en okkaido no fueron fáciles para la familia Namikoshi, que era totalmente primeriza en el mundo de la agricultura. Los inviernos no daban tregua y la familia sufrió grandes penurias. Según fue pasando el tiempo, las cosechas mejoraron y con ellas su calidad de vida. El mal tiempo en Hokkaido era un gran obstáculo para la familia, acostumbrada al clima suave de Shikoku. El frío pasaba factura, especialmente a Masa, la madre de Tokujiro, que sufría de un espantoso dolor de rodillas  –en la aldea no había ni medico ni medicinas- el dolor empeoraba. Al principio solamente tenía las rodillas afectadas, pero después el dolor se extendió a los tobillos, las muñecas, los hombros y los codos. Sufría de reumatismo agudo en las articulaciones. El padre llamó a sus cuatro hijos: Moichi, Masazo, Tokujiro y Haruo. Quiero que ayudéis a vuestra madre dándole masajes en las rodillas, la espalda y la cintura. Los hijos, uno a uno, hicieron lo que pudieron dando masajes al cuerpo dolorido de Masa. Era Tokujiro con quien la madre sentía más alivio.
La reacción positiva de Masa cambio totalmente el curso de la vida de Tokujiro. Y así Tokujiro se convirtió en el encargado de cuidar a su madre. Ella continúo alabándole por su extraordinaria habilidad de hacerle desaparecer el dolor.
Después de que Tokujiro presionara el cuerpo de su madre el dolor simplemente desaparecía, le aliviaban tanto, que Tokujiro empezó a perfeccionar la técnica de aplicar presión con los pulgares. Su deseo de curar a su madre dio lugar a una frase famosa: “El corazón del hiatsu es como afecto materno”. Con el tiempo el dolor cesó, y las durezas comenzaron a desaparecer. El reumatismo de Masa había mejorado tanto que pudo volver a trabajar en los campos el último año de educación primaria de Tokujiro.
Tokujiro había estado presionando la glándula adrenal. Es la corteza Adrenal la que produce ciertas hormonas anti-inflamatorias como cortisol, la medicina natural del cuerpo para el reumatismo. Fue esto lo que curo el reumatismo de Masa. Pero,
¿Qué fue lo que condujo a Tokujiro a tal descubrimiento? ¿Fue el instinto de un genio o fue el empeño de cuidar a su madre, tan grande que alguna fuerza le empujo en la dirección adecuada?

Tokujiro se quedo impresionado con el cumplido que le hizo el director del colegio frente a todos los estudiantes, por el logro conseguido y la dedicación a su madre. En ese momento decidió que quería trabajar curando a los enfermos. 
En 1922 cuando cumplió 17 años, Tokujiro pidió prestado a su hermano una pequeña cantidad de dinero y viajo a Tokio en busca de su ambición: hacerse experto en el arte del masaje. Trabajó haciendo suscripciones a un periódico y daba masajes a todo aquel que podía. Estudió con Yoshimatsu Odagawa, un profesor de Anma. A los cuatro años de estudios intensivos, Tokujiro estaba. En el examen, el examinador quedó impresionado de sus habilidades. - Esto es realmente otra cosa-.
En setiembre de 1927, Tokujiro volvió a Hokkaido y abrió una clínica de masaje en Muroran, especializada en “Shiatsu” o “acupresión”.

No mucho más tarde, abrió la segunda clínica en Sapporo. El hermano de Tokujiro, Haruo, y su hermana Sadako, se unieron a el, y después le siguieron sus cuatro primos. Las clínicas tuvieron un éxito inmediato, y se empezó a correr la voz. Tokujiro, dominado por el deseo de alcanzar un público más amplio y para que el arte del Shiatsu se extendiera por todo el país se estableció en la capital. Y así, en 1933 le pidió a su hermano que se hiciese cargo de la clínica de Sapporo y se fue a Tokio con su mujer y sus tres hijos.

Tokio no le trajo el éxito inmediato que esperaba. Fue un proceso lento convencer a la gente de que verdaderamente se podían curar a través del masaje Shiatsu. Sus mejores clientes eran los luchadores de Sumo. Pero iban de gira frecuentemente y cuando estaban fuera Tokujiro tenía pocos clientes. Tokujiro se mudó siete veces en busca de la situación perfecta para su clínica. No era una persona fácil de contentar pero al final encontró un edificio en Koishikawa en 1938.  Ese edificio es agradable y la situación es buena,- se dijo Tokujiro -.
Me voy a quedar aquí y trabajare duro hasta que tenga éxito.
En 1940 funda el Instituto Japonés de Shiatsu. Un edificio pequeño con solo dos habitaciones, cada una con espacio para ocho tatamis. Solo había espacio para quince estudiantes. En el día de la ceremonia de apertura llego un invitado inesperado. – Masa, la madre de Tokujiro que tenía ahora 70 años viajo a Tokio desde Hokkaido y se convirtió en el primer estudiante del Instituto Japonés de Shiatsu.
Masa volvió a Hokkaido y practico el masaje Shiatsu, hasta la edad de 88 años.

En pocos años, el Instituto Japonés de Shiatsu fue un éxito enorme. Muchos alumnos se convirtieron en terapeutas profesionales y su reputación creció. En 1944 el Instituto Japonés de Shiatsu fue destrozado completamente -la segunda guerra mundial-. La familia Namikoshi se vio obligada a evacuar la ciudad y se dirigió al distrito de Akita. Eran tiempos desesperados para los japoneses y la economía se había desmoronado completamente. En lugar de pagar una tarifa, los clientes de Tokujiro le pagaban con arroz y verduras. Cuando Tokujiro oyó en las noticias de la radio al emperador Hiroito declarando que Japón había aceptado la rendición sin condiciones, volvió a Koishikawa, Dentsuin.
Tokujiro se lo tomo con filosofía. – Puede que lo haya perdido todo: mi casa, mi clínica, mi escuela, pero aun estoy vivo. Y además tengo mis pulgares, mi bien más preciado. Mientras los mantenga superaré todos mis problemas. A lo mejor mis pulgares pueden, de alguna manera, ayudar a curar a Japón. “La recuperación de Japón llegara a través de la buena salud.” – Esta frase se convertiría en uno de sus famosos eslóganes.

Tratando a Muhammad Ali

Alquiló una casa y reanudó su consulta. Algunos de sus primeros licenciados participaron como profesores, y después de un año, pudo por fin comenzar la reconstrucción de la primera escuela. La escuela abrió sus puertas por segunda vez el 25 de mayo de 1946. Como si el negocio nunca se hubiese interrumpido, fue reconocido como una figura puntera de la curación. Trató a innumerables personalidades de la sociedad japonesa, novelistas, científicos actores y por supuesto muchos deportistas y otras celebridades como Marilyn Monroe. Tokujiro estaba tan nervioso que casi ni podía hablar. Durante el resto de su vida a Tokujiro le llovieron preguntas sobre este incidente. - ¿Qué te dijo? - ¿Es verdad que solo usa Channel Nro. 5 en la cama? Tokujiro que era extremadamente profesional sonreía con gesto irónico, - el hombre que había alcanzado la cumbre de su carrera nunca pierde los papeles...

En 1968, Tokujiro apareció en televisión en un programa muy popular, Ashi, llamado el programa de la tarde. El público tuvo la oportunidad de ver su extraordinaria habilidad. Así, cada miércoles, emitieron un programa dedicado al Shiatsu. Fue un éxito enorme. Como era de esperar, Tokujiro recibió numerosas invitaciones para aparecer en la televisión. Gracias a esos programas, el Instituto de Shiatsu recibió el triple de solicitudes que hasta entonces, y los que necesitaban tratamiento acudieron en masa a cada una de las clínicas que sus estudiantes habían abierto desde entonces.

En 1971, Tokujiro se presentó sin éxito a miembro del parlamento. Después de aquello, declaró que había sido buena la experiencia de haber visto de primera mano los entresijos de la política. Tokujiro murió el 25 de setiembre del año 2000. Tenía 94 años. Unos años antes una estatua de bronce suya, había sido erigida en el sitio donde estuvo el primer Instituto Japonés de Shiatsu en Koishikawa. En la ceremonia de inauguración de la estatua, Tokujiro empezó a darle el sake que había para la celebración, mojándola. Fue un momento inolvidable. Ahí estaba, sin preocupación alguna, dándole de beber a su propia imagen. Después unió las manos y rezó. Después de acabar dijo, - He bebido como un cosaco. Creo que estoy borracho. ¡Qué contento estoy! Ja, ja, ja
. – Ese día su voz risueña resonó en el cielo azul.

El corazón del Shiatsu es como el afecto materno.
La presión sobre el cuerpo, estimula la fuente de la vida.

Estos son dos fragmentos de “Canción de alabanza del Shiatsu” que Tokujiro compuso en 1938. Estas frases siguen apareciendo en prácticamente cualquier actividad relacionada con el Shiatsu porque explican el concepto del Shiatsu a la perfección. 


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