Estrés



Ya nos hemos familiarizados con el término estrés de tal forma que lo utilizamos habitualmente en nuestras conversaciones, (La casa, los niños, el cole, 
 el trabajo, la compra, ni un minuto para nosotros, upfff).

Los síntomas (Como sensación de ahogo, opresión en el pecho, mandíbula apretada, dolor de cabeza…) aparecen cuando se mantiene una actitud de alerta durante más tiempo del que nuestro organismo está preparado para soportar.

El concepto de Estrés fue acuñado en la década de 1930, por Hans Selye. Observó que todos los enfermos a quienes estudiaba, indistintamente de la enfermedad propia, presentaban síntomas comunes y generales: cansancio, pérdida del apetito, bajada de peso, astenia, etc. Esto llamó la atención a Selye, quien lo denominó el "Síndrome de estar Enfermo".

Las situaciones generadoras de estrés no son necesariamente notorias o intensas y sus efectos pueden ser acumulados hasta que llegan al límite dando lugar a tensiones. Muchas de las reacciones físicas que acompañan al estrés como el dolor muscular, dolor de cabeza, fatiga, indigestiones, etc… pueden dañar la salud a largo plazo.



Algo llamativo del efecto del estrés prolongado es que se asemeja al proceso de envejecimiento: menor resistencia a la enfermedad y reducción de energía vital.



Es casi imposible cambiar nuestra vida para eliminar el estrés. Si es así lo que nos queda es adaptarnos y aquí el Shiatsu juega un papel importante como terapia de adaptación del cuerpo para recuperar su fuerza vital y de este modo adaptarse al estrés, “desestresando” nuestro cuerpo y nuestra mente.

Con presiones rítmicas, lentas y profundas, se transmite calma al paciente. Con este trabajo se consigue el desbloqueo muscular y emocional, reforzando las defensas vitales.



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